El animal que es todos los animales es una instalación que representa la vivencia de un sueño. A través de la ambientación del espacio, entre realista y onírica, y de la animación de dibujos digitales en tiempo real de las imágenes del sueño, busca acercarse a la experiencia del sueño relatado.
La instalación invita a recostarse en una cama y extender una manta donde se proyecta la imagen de un sueño. Frente a ese espacio donde recostarse, un gráfico indica cómo extender la manta para que se active la proyección. El espacio alrededor está ambientado con elementos escenográficos que combinan una habitación con elementos visuales presentes en el sueño.
Realicé la obra a partir de un sueño en el que un viajero me enviaba imágenes de los lugares que visitaba. El centro del relato era un gran dibujo en una montaña. El dibujo había sido realizado por él junto a los habitantes del lugar, era el dibujo del animal que es todos los animales.
La noche en que tuve el sueño, yo me encontraba durmiendo en mi estudio, en un sofá-cama, cubriéndome con una manta blanca. Cuando comienzo a soñar, me encuentro en ese mismo lugar y extiendo la manta sujetándola de los cuatro extremos, con mis manos y piernas. De esta manera la manta se extendía y funcionaba como pantalla, las imágenes que recibía del viajero salían de mí y se proyectaban en la manta.
Los dibujos que representan al animal que es todos los animales están animados en tiempo real, para que a través de la transformación constante, puedan acercarse a la representación de ese animal dibujado en el sueño. La imagen es muchas imágenes a la vez, imposible de recordar, imposible de representar.
Desde el día del sueño, intenté dibujar la imagen del animal que es todos los animales con diferentes medios, motivada por la particularidad de que las imágenes se proyectaban sobre el espacio real en el que estaba durmiendo, pero también por las ganas de indagar en esa imagen irreproducible.
Un hallazgo luego de este sueño fue conocer la historia de los alebrijes en la cultura mexicana, animales que son a la vez diferentes animales y que habitan en los sueños. Conocí esa historia a partir de contar el sueño a Myri, mi amiga mexicana quien me dijo: Amistad, has soñado con un alebrije. Esto despertó más aún mi interés por reconocer una vivencia presente en el imaginario colectivo, incluso la historia cuenta que el artesano que comenzó a representar alebrijes lo hizo luego de un sueño en que estos aparecieron y lo curaron de una enfermedad.
En esta obra particularmente me interesa ahondar en la memoria de los sueños, considerándola una parte intersticial de nuestra memoria visual, que coexiste con la realidad de la vigilia y complementa su sentido.
La obra participó del festival Let it VJ #13 del Club Cultural Matienzo en el año 2015.
Equipo curatorial Let it VJ: Lisandro Peralta, Daniel Bouix, Agustín Jais, Dani Romero
Música: Anahí Arias